La música española, en el periodo que va de 1962 a 1972, no podía evadirse a la situación general del país: una dictadura que ya duraba más de veinte años y no tenía aspecto de desaparecer en forma repentina. Por ello, cualquier forma de vanguardia artística, había de nacer en esa situación, en la que se vivía y con la que había de negociar tanto la creación como la vida. El primer atisbo de una música distinta, en un ambiente marcado por la canción española, un pop absolutamente derivativo de lo anglosajón y un clasicismo sinfónico de orden nacionalista, fue la llamada Generación del 51 formada, entre otros por Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Ramón Barce o Carmelo Bernaola, junto a los catalanes Joan Guinjoan, Mestres Quadreny o Xavier Benguerel. Pero además surgieron activistas más radicales como el grupo ZAJ, emparentado con Fluxus. Y también música electrónica como la muy pionera de Ramón Sender desde San Francisco. A finales de este periodo comenzarían a surgir también otras forma de música pop como el rock progresivo que, iniciado por los andaluces Smash y los catalanes Máquina! habría de influir decisivamente en buena parte de la década que va de 1972 a 1982 y que será objeto de una segunda cápsula sonora.
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La primera parte de este repaso por la música avanzada española entre 1962 y 1982 finalizaba con un disco capital, el Why! del grupo catalán Máquina!. Junto a Smash, Máquina! había abierto las puertas de una concepción diferente de un pop que hasta entonces se identificaba con una amalgama que lo mismo agrupaba a los Brincos como al Dúo Dinámico, a Los Salvajes como a Los Mismos: música de puro y alegre entretenimiento, plenamente aceptable en su misma ausencia de pretensiones y a veces tocada por la gracia de la ironía. A partir de primeros de los setenta y mientras la música vanguardista de orden académico seguía el curso que Milan Kundera definió como “una cómoda autopista”, este nuevo pop empezó a cuestionar tanto la tradición musical heredada como el régimen en que se producía. Así nacieron tres direcciones muy diferentes en una música ya decididamente dirigida a los jóvenes. Por un lado el rock progresivo de Smash o Máquina!, por otro la llamada canción popular o Canço en Cataluña y por otro los comienzos de una experimentación sonora muy influida por la electrónica, no solo de un Stockhausen, sino de grupos alemanes como Tangerine Dream, Kraftwerk o Can. De esto trata esta